Esta será una entrada corta porque he sido afectada por el coronavirus aunque no padezco el coronavirus. Tengo ciática debido a que ya no te traen la compra a casa e intentando cargar yo con la compra semanal me he hecho daño.
El tema del que quiero escribir hace días y no he podido hacerlo es, como el título indica, cómo ahora se ve claramente la urgencia de la accesibilidad debido a que el coronavirus ha obligado a nuestra sociedad a hacer una serie de cambios.
En todos los niveles educativos se hace necesaria ahora la virtualidad, la educación online. Ello supone la exigencia de atender a los criterios de accesibilidad, dado que los alumnos participarán en muy diversas condiciones. Diversidad de dispositivo, diversidad de ancho de banda, diversidad de capacidades de percepción debida no sólo a sus propias características sino a las ambientales como hermanos menores haciendo ruido, personas en el entorno que pueden estar enfermas y requerir, por el contrario, quietud y silencio, etc.
Muchos trabajos se han de hacer ahora telemáticamente. Ello exige utilizar aplicaciones y elementos de comunicación que, nuevamente, por una parte exigen ciertas condiciones y, por otra, ajustarse a las condiciones particulares de quien las usa. Es decir, han de cumplir con los criterios de accesibilidad para cubrir esas necesidades y preferencias de utilización.
Por otro lado, el hecho de que se pueda realizar los trabajos de manera telemática prueba que se podría emplear a más personas con discapacidad y, desde luego, facilitar a todos esa posiblidad de teletrabajar.
Volviendo a la edcuación, hay otra cuestión importante: Si bien rápidamente los colegios y universidades se han hecho con las aplicaciones que les permiten ofrecer esa enseñanza online, hay un problema evidente, al menos para mí y para todos los que llevamos años trabajando en el campo de la educación a disitacia y telemática: Los profesores, en su mayoría, no están formados para hacerlo. Los profesores no suelen tener los conocimientos necesarios de accesibilidad ni los conocimientos didácticos necesarios para cumplir adecuadamente con la tarea de enseñar telemáticamente.
Por tanto el coronovirus nos está prestando un oportunidad única para que nos replanteemos la formación del profesorado y la formación laboral, que espero sepamos atender con urgencia.